“No todo lo que toco es oro, pero todo lo que digo intento que enriquezca…”. Ese debería ser el credo de todo influenciador. El “qué busco comunicar” debería ser el primer cuestionamiento que les pasara por la mente, antes de pensar en qué poner en su media kit.
Un influenciador nato es un contador de historias, envuelve entre su discurso y la congruencia que le respalda. Tiene ese talento de perturbarte, convencerte o incluso inspirarte.
Y es que hoy en día estos personajes saltan a la vista gracias a las redes sociales. Pero en realidad, siempre han vivido en la historia de la mercadotecnia sólo que antes estaban más permeados. Tal es el caso de Chepina Peralta, que por los años de los 80’s y 90’s influenciaba a las amas de casa para usar tal o cual producto y añadirlo a postres, platos fuertes y cenas de navidad.
El crecimiento del Influencer
Hoy en día el incremento del uso de influenciadores como piezas en estrategias digitales de grandes empresas va de la mano con la evolución de la experiencia de compra actual.
Las nuevas generaciones están acostumbradas a los datos de primera mano. Dan mucha validación a la voz digital e incluso toman banderas o antorchas dependiendo el caso.
Y es que los seguidores / consumidores son jueces, defensores y fiscales (todo al mismo tiempo); y ante lo anterior resuena en el ambiente la gran responsabilidad en el tono de comunicación de un influencer.
El influenciador es esa voz de Pepe Grillo al que un consumidor solicita consejo para comprar tal o cual delineador, o comprar o no comprar cereal de grano entero.
Un influencer no es un vagabundo, uno verdadero. Tiene un objetivo, sabe cuál es su lugar en el universo digital pero sobre todo se sabe congruente. Sí, abre sus puertas a su estilo de vida e incluso familia, y sí, también seguramente tendrá socios comerciales. Pero siempre siendo transparente, no forzando un estilo de vida en línea con un brief, sino siendo leal a sus valores y convicciones.
Efectivamente, los influenciadores no son un Rey Midas. No todo lo que tocan es oro, su riqueza yace en lo genuino de su contenido y la forma orgánica de transmitir empatía comercial y humana en 4 líneas con hashtag.
Y amigos tomemos la moda de “ser influencer” e influyamos de la mejor manera a quienes tenemos en casa, con quienes trabajamos y aquellos extraños que nos sirven el café, esa influencia es la más valiosa.
Pd. HT #VivamosEnColor