Cuando decides emprender y abrir un negocio, muchas veces te puedes preguntar el ¿por qué no estoy cumpliendo mis metas o que está fallando? Y la respuesta no está en el giro de tu negocio, o en tu mala publicidad, ni siquiera en tu locación, está en elegir al público correcto.
¿Cómo elegir al público correcto?
Soñar es tan natural como respirar, por eso es normal imaginar o visualizar a un gran artista, influencer o algún ídolo en la puerta de tu negocio. Esto no quiere decir que soñar está mal, al contrario, pero hay que entender que roma no se construyó en un día. Para elegir a nuestro público correcto, hay que pensar como cuando buscamos a la pareja perfecta, el cual se puede lograr en tres etapas:
1.- Buyer Person: El cliente ideal, el cliente que nos gustaría que fuera, el cliente perfecto. Sin embargo, de la teoría a la práctica hay un mundo de distancia. Este cliente ideal, se basa en el producto o servicio que ofrecemos, en gustos, costumbres, manías, actitudes, etc. En otro sentido, podríamos llamarlo el amor platónico.
2.- Investigar: Pareciera básico, pero no todos se dan a la tarea de investigar a su público. Pensemos que quisieras cortejar a alguien, buscas intereses y gustos en común para tener de qué hablar y hasta investigas lo que hizo el ex, para no hacerlo tú. Pero no siempre funciona ¿o sí?
3.- Cortejo: Este punto, contempla la integración de lo que queremos y lo que tenemos, en otras palabras, el ideal-real. Pongamos mi caso como ejemplo, mido menos de 1.60, voy en secundaria, soy tímido, peso menos de 40 kilos y me gusta una chica 7 años mayor que yo, en escuela de modelaje, talentosa, hermosa y extrovertida. Parece risible o irreal ¿no?
Cuando se abre un negocio o cuando hay un cambio de paradigma en el comportamiento del consumidor, esto solemos hacer. El cortejo debe explotar la realidad para impulsar el ideal, en otras palabras, hacer lo mejor con lo que tenemos. Sigamos con el ejemplo, no tendré los mejores atributos, pero puedo hacer reir a otra persona, no tendré carro, pero puede disfrutar de una linda plática y así puedo seguir, sin descuidar mis áreas de mejora.
En tu negocio ¿Qué estás haciendo con lo que tienes? ¿Investigaste quién consume lo que vendes o solo te basas en el supuesto e idealización?
NO LE VENDAS AL RICO
“No le vendas al rico, véndele al que se quiere sentir rico” me decía René Carrazco, un maestro de la Universidad. En su momento lo ponía en duda, porque uno está tan estigmatizado de los comportamientos generales reforzados por los medios de difusión que pensamos que el que compra un Iphone o un pantalón de 5 mil pesos son aquellos que tienen dinero.
Y en algunos casos, claro que sí, pero quién tiene, no aparenta. Y la gente que intenta aparentar de mayor estatus, se debe a dos principales factores, educación y falta de identidad, cosas que en México, hacen mucha falta.
Poca educación
El consumo capitalista (sin sonar “chairo”-populista) vende la imagen de exclusividad. Es decir que, quién tenga las cosas más costosas y recientes, son “los mejores”.
Esto abre la posibilidad de pensar, que al comprar estos productos o ir a ciertos lugares, le dará oportunidad de rodearse con gente de mayor estatus y tener mayor aceptación. Pero la realidad de la vida es que, esa gente a la que uno quiere llegar con la apariencia, ni siquiera usa de esas cosas. Ya que son las que probablemente ellos mismos producen.
Cuando trabajaba en Gatorade, convivía con muchas personas, en las que había “ricos de pañal” como dice mi madre, “nuevos ricos” y compañeros, por así decirlo. Comparé en diversas ocasiones quienes eran los más prepotentes y en primer lugar, están esos nuevos ricos o los que intentan aparentar, después mis compañeros y los más educados, curiosamente, los ricos de pañal ¿Por qué?
La televisión, series y programas populares, desafortunadamente están siendo maestros de la vida diaria. Cuando un actor interpreta a un personaje, viste y luce de cierta forma, uno quiere lo que porta. Si actúa de cierta forma, uno cree inconscientemente, que es la manera correcta.
Pero la culpa no es de los medios de comunicación o el consumo en sí, es la poca educación.
Poca identidad
Octavio Paz en su libro del Laberinto de la Soledad plantea la idea de la poca o nula identidad del mexicano. Pensamos que el extranjero es mejor, en deportes, tecnología y otros aspectos, a lo que conocemos como malinchismo.
México no tiene una identidad propia, desde la integración de su constitución que fue una copia y mezcla de chile, mole y pozole, su cultura tan plural y mestizaje y carencia de simbologías de orgullo nacional.
Ejemplo: Cuando recién salió el comunicado de las vacunas anticovid, se mencionaron aproximadamente de 5 a 8 marcas que llegarían a México en la que en una de ellas, sería mexicana (en realidad participó, no fue creación propia). Escuché muchos comentarios despectivos como “esa ni ha de servir” o “da mucha desconfianza” por lo que con una pequeña agencia que tengo, me di a la tarea de realizar una encuesta sobre las preferencias. En último lugar quedó la mexicana, por debajo aún, del de la India a pesar de todos los problemas de salubridad que ha llegado a presentar en cuestión farmacéutica. ¿Por qué? La falta de identidad en sociedad e individual.
Pienso en la sociedad mexicana como el adolecente que no encuentra su camino y es muy manipulable e influenciable, con la diferencia de que no digievoluciona.
VÉNDELE AL QUE SE QUIERE SENTIR RICO
Para concluir y englobar lo ya mencionado, recapitulemos.
Mi público correcto, no llega por sí solo, lleva un proceso con lo que tenemos, adaptándolo a nuestro entorno y realidad. No hay que ser tan visionarios en un principio, podemos aprovechar ese mismo mexicanismo para ofrecer nuestros servicios.
Pondremos un último ejemplo, si acabo de abrir un negocio de carteras artesanales, podría pensar que por las tendencias actuales, su principal consumidor serían extranjeros y lo ofrezca a un precio elevado, pero quizá no esté circulando por ese sitio en los que ellos estén o no lo esté ofreciendo en la red social correcta. A mis posibilidades, podría aprovechar ciertos patrones conductuales para reencaminar mi venta ¿Qué grupo es el que más se parece a los extranjeros? No por su forma de ser, ni hablar, pero si en el sentido aspiracional. No lo diré, pero ya vendieron más de 2 departamentos en 2 meses.
Este ejemplo, es muy burdo y no es real, ya que como mencioné anteriormente, lleva un proceso, investigación y adaptación pensando en aprovechar la poca identidad mexicana para poder vender no al rico, porque no compra, sino al que se quiere sentir rico.
“Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo”. -Octavio Paz