En términos sencillos, el “Influencer Marketing” se trata de potenciar nuestra presencia en el mundo digital a través del impacto de terceras personas, conocidas como influenciadores. Sin embargo, es fundamental distinguir entre diferentes categorías de influenciadores. Algunos expertos dividen esta práctica en Micro-influenciadores (aquellos con menos de 100,000 seguidores), Macro-Influenciadores (quienes tienen más de 100,000 seguidores), e incluso los Mega-Influenciadores (con más de 500,000 seguidores).
Desde mi perspectiva, existen dos grupos principales que no se clasifican por la cantidad de seguidores, sino por el grado de influencia que ejercen en sus redes sociales:
- Macro-Influenciadores: Estas son personas que pueden tener un gran número de seguidores y una influencia significativa, pero suelen buscar beneficios económicos al promocionar productos en sus redes sociales.
- Micro-influenciadores: En este grupo se encuentran personas que, independientemente de la cantidad de seguidores que tengan, comparten contenido valioso de forma desinteresada, lo que marca una diferencia crucial.
Esta distinción es la clave, ya que afecta las expectativas y los presupuestos asociados a ambas estrategias. A continuación, describiré las diferentes formas de abordar cada uno de estos grupos:
Macro-Influenciadores / Baja Rentabilidad :
a. Se suelen contactar a través de agencias de Relaciones Públicas o plataformas digitales que conectan con celebridades y personalidades.
b. La promoción directa del producto es una característica de esta táctica, lo que implica que el influenciador busca obtener ganancias a través de publicaciones, paquetes o acuerdos de patrocinio.
c. Este grupo incluye deportistas, celebridades del entretenimiento, actores, modelos y profesionales con un alto perfil mediático.
d. El pago varía según la oferta y la demanda, lo que puede generar incertidumbre para las marcas que invierten grandes sumas en estas estrategias sin tener claridad sobre su rentabilidad.
Micro-Influenciadores / Alta Rentabilidad:
a. Se abordan de manera diferente.
b. Se identifican a través de herramientas especializadas de búsqueda y análisis social, como Buzzsumo, Brandwatch, Awario, Brand24, Mediatoolkit, entre otras.
c. Lo interesante es que un micro-influenciador posiblemente no sea consciente de su influencia, lo que representa una ventaja significativa.
d. Se pueden convocar a eventos pequeños o en grupos, donde se les invita a conocer la empresa o experimentar la marca.
e. Se les puede proporcionar contenido exclusivo, información privilegiada y obsequios para fomentar su participación.
f. Luego de crear una relación y consentirlos, se les ofrece la opción de mantener una comunicación con la marca y, de manera voluntaria, compartir o comentar sobre la marca, eventos o experiencias en sus propias redes sociales.
g. No se realiza un pago directo al influenciador, pero puede haber un pequeño costo asociado a incentivos, materiales o eventos de convocatoria, que resulta considerablemente más rentable que el modelo anterior.
Conclusión:
A partir de esta distinción, es evidente la diferencia y la rentabilidad que se puede obtener de cada enfoque. El propósito no es demonizar uno u otro, sino clarificar los pros y contras de ambos modelos para alentar al lector a considerar una combinación saludable de ambos tipos de influenciadores en sus estrategias. Esto no solo asegurará una mayor rentabilidad, sino también la posibilidad de sorpresas agradables en las métricas.