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¡Ah qué difícil es que la gente cambie!

Seguramente que, en algún momento de la vida has pensado: Como me gustaría que esta persona cambiara un poco. Sólo le hace falta eso para que sea perfecta.

Muchos, si no es que todos, buscamos de alguna forma y, quizá inconscientemente, tener cerca a personas que, o son diametralmente opuestas a nosotros, o se parecen tanto, que parecería que nos leemos el pensamiento. Y aún así, siempre hay algo que quisiéramos cambiar. ¿Te sucede?

No todos pueden ser como tú, o como yo.

Todos tenemos una historia, que apoya nuestra forma de ser hoy.

Si crees que esa persona que piensas que debe cambiar, es “así” porque se lo propuso, piénsalo dos veces. Piensa en ti. Eres el resultado de años de vida, de tu medio ambiente, de la forma en que se relacionan tus padres entre ellos y contigo y el resto de tu familia.

Eres el resultado también, de la situación socioeconómica en que creciste, con todo lo bueno y malo de ésta. Quienes  tienen una posición holgada económicamente, no necesariamente están en mejor posición que quienes “la han sufrido”. Cada situación tiene pros y contras. Todo depende de lo que observaste al crecer, de la forma en que tus padres sortearon las situaciones que se les presentaron. ¿Se quejaban todo el tiempo? ¿Maldecían su situación? O quizá lo veían con ojos benévolos y simplemente buscaban lo mejor de lo que tenían enfrente.

Y en la escuela… ¿Eras acosador o te hacían bullying? ¿Eras estudiosa y el ejemplo para todos o eras de “los de atrás”?

Todas las experiencias de toda la vida, pero sobre todo aquellas en el inicio de nuestras vidas, cuando somos mas receptivos y absorbemos todo lo que vivimos, nos van forjando para ser el tipo de persona que somos como adultos.

Y todo queda grabado como con tinta indeleble, como si estuviera esculpido en piedra. Y si a esto aunamos las características que nos brinda nuestro Temperamento, pues tenemos que somos seres a los cuales les resulta muy difícil cambiar.

Si con sinceridad piensas que alguien puede mejorar, cambiando… tienes mucho por hacer

Aún sabiendo que es difícil, seguramente piensas que hay algunas personas que deberían cambiar un poco. Y es muy probable que tengas razón.

Es más fácil, generalmente, que alguien más identifique nuestras áreas de oportunidad, que hacerlo nosotros mismos. Quienes nos quieren, o conviven mucho y sienten algo especial hacia nosotros, han observado no solamente la forma en que nos comportamos, sino también las reacciones que provocamos con nuestra forma de ser.

Sólo que no puedes llegar y decirle a alguien: Oye, te he observado y fíjate que pienso que deberías de cambiar en esto, con el fin de que tengas mayor impacto y no andes por la vida haciendo enojar a todos con tus comentarios o con tus acciones.

No, no se puede. Esa persona a quien tú quieres cambiar, muy probablemente es más feliz que tú con todo y “eso” que piensas que debe cambiar.

Piensa tu estrategia

¿Quién es la persona a quien quieres sugerir un cambio? ¿Qué hace? ¿Qué ha logrado? ¿Cuáles son sus mejores cualidades? ¿Por qué piensas que debe cambiar? ¿En que te afecta a ti si no cambia? ¿Y… si cambia? Puedo seguir detallando pero esa es la idea. Debes conocer bien a esa persona que deseas intentar que cambie. Pero, aún más importante ¡debes pensar en por qué, dicha persona debería de tener interés en cambiar!

Quizá una motivación fuerte sería el que pudiese imaginar, si te hiciera caso, ¿en qué va a mejorar su situación o su vida? Si no hay una zanahoria al final del camino, será muy difícil que alguien se embarque en un proceso de cambio repentino, efectivo.

Los cambios que se llevan a cabo con éxito, son aquellos que están alentados por la auto-motivación. No es lo mismo que alguien te empuje a cambiar y que tú mismo estés convencido de que deseas cambiar.

¿Cómo se lo vas a proponer para que al final sea ella/ el, quien toma la decisión de cambiar?

¡Inspira!

¿Cómo vas a motivarla en el proceso de cambio?

Actúa como deberían de actuar los líderes. Inspirando

Deberás de utilizar todas tus habilidades personales y mercadológicas para lograr mover a esa persona a quien deseas ayudar, invitándola a cambiar.

Neuromarketing: Descifrando el Cerebro del Consumidor | Duncan C. & Daniel R. & Hans Hatch

La publicidad efectiva, no te obliga a comprar o a hacer algo. Te seduce, te invita, te inspira, te hace ver lo que va a suceder si compras determinado producto o servicio. Te cautiva, te envuelve y de pronto, tienes la necesidad de “eso” que desean venderte.

Así debes de actuar, con creatividad, positivamente, tratando de que finalmente, la decisión venga de la otra persona, y no parezca una imposición tuya.

No es cosa de una plática sencilla. No es algo que va a suceder en 24 horas. Será todo un proceso en el que debes de ser constante. Debes de mantenerte alerta, motivando.

¿Cómo vas a celebrar las pequeñas victorias?

Al ser un proceso, habrá momentos en que se verán avances. ¿Cómo vas a celebrarlos?

Lo menos que se puede admitir es un reconocimiento, definitivo y potente de que se ha logrado algo.

No puedes dejar pasar ningún avance, sin una celebración. No estoy hablando de “fiesta”, sino de celebración. Puede ser un abrazo, una llamada, una palmada, un reconocimiento verbal.

Algo, que haga ver a la persona que su esfuerzo de cambio está dando frutos… y que quien le invitó a cambiar, está atento.

¿Qué ganas tú de este proceso?

Esto es muy importante y debes de pensarlo muy bien antes de iniciar un intento por lograr que alguien cambie en algo.

¿Cuál será tu ganancia?

¿Qué te motiva a ti para entrar en este proceso de cambio? El hecho de que sea otra persona la que pretendes ayudar a cambiar, no significa que no habrá un esfuerzo decidido de tu parte. Y dicho esfuerzo requerirá tiempo, horas dedicadas a pensar tu estrategia, a dar seguimiento.

También podría significar rechazo. ¿Estás dispuesto a aceptar el rechazo?

El punto es: si tú mismo no tienes una motivación para entrar en este proceso, mejor no lo intentes.

Pero si esa persona querida, ya sea familia, amiga, colaborador, tiene posibilidades de crecer si se da cuenta de que realizando un cambio en su forma de ver la vida, o en la forma de tratarse a si o a otros, o de responder ante algunas situaciones, entonces atrévete. Piensa en este proceso que te propongo y ayúdale a ser ella o él, quien decida que quiere cambiar. Tú, no se lo podrás imponer.

Recuerda que debes actuar como actuaría un excelente líder y llevar este proceso como si fuese una campaña de publicidad. Sé creativo, inspira, motiva.

Vale la pena.

Gracias por leerme. Por favor, comparte esta columna y deja tus comentarios aquí abajo. Me sirve mucho leerlos.

JL

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