Ultimamente no paramos de ver información acerca del “Quiet Quitting”, “Renuncia Silenciosa”, o “Dimisión Silenciosa”. Pero, ¿es un fenómeno positivo o negativo? ¿La connotación negativa la han puesto sobre la mesa los empresarios? ¿Se utiliza este término de forma correcta o cada persona le añade su propia visión y significado?
Sigue leyendo este artículo para responder a estas preguntas y descubrir por qué el “Quiet Quitting” es tendencia en las redes sociales, donde también surgió su nomenclatura.
En qué consiste realmente el “Quiet Quitting”
La “Dimisión Silenciosa” no consiste en dejar un puesto de trabajo. Es una actitud adoptada por el trabajador que consiste en poner límites entra la vida personal y profesional y así llevar a cabo las tareas mínimas indispensables que están marcadas por el contrato laboral.
Esta actitud puede deberse a diferentes factores.
Puede ser que la persona no quiera vivir en la cultura del estrés y sea una actitud frente al trabajo muy respetable. Muchas veces se intenta transmitir una visión negativa sobre el hecho de adoptar esta filosofía pero puede ser injusto. Si una persona realiza correctamente su trabajo pero ajustándose a las exigencias mínimas de su contrato laboral, no estaría faltando a su labor profesional.
Sin embargo, en otros casos, el “Quiet Quitting” puede ser una actitud que se manifiesta ante la falta de motivación, de compromiso o de comunicación. Aquí sí debemos preocuparnos y la empresa (y en concreto el departamento de personas o recursos humanos) debería tomar medidas al respecto.
En este segundo caso el “Quiet Quitting” puede ser la primera señal antes de una dimisión real. Por eso, es importante adelantarse a ello y así evitar la fuga de talento en un mundo laboral tan competitivo como el actual. Esto es clave para las empresas de cara a mejorar el bienestar laboral pero, por si no fuese razón suficiente, la fuga de talento también conlleva un gasto económico altísimo. ¿La razón?: Reclutar es caro y si los empleados dimiten, no queda más remedio que reclutar.
Como vemos, estamos denominando con el mismo término dos tipos de “Quiet Quitting” bastante diferenciados. Vamos a centrarnos en el segundo tipo, que es el más peligroso para las organizaciones.
En qué momento ha aparecido el “Quiet Quitting”
Tras la “Great Resignation” (Gran Dimisión), una tendencia laboral en la que los empleados renunciaron en masa a sus puestos de trabajo en 2021, ha llegado el “Quiet Quitting”.
La Gran Dimisión tuvo tanto auge por los salarios bajos y el alto coste de la vida, los problemas de salud y la pandemia del COVID-19 y el deseo de trabajar a distancia.
Teniendo esto en cuenta, el abandono silencioso debería verse como una oportunidad, ya que es una alarma clara que permite tomar medidas antes de que se produzca una dimisión como tal, y así se ahorran muchos costes. Esto puede ser clave para que muchas empresas se pongan manos a la obra y mejoren así su cultura laboral, haciendo de ella todo un ‘asset’ que aporte valor a la compañía.
Cómo afrontar el “Quiet Quitting”
Hay que afrontar el “Quiet Quitting”, ya que los datos son muy preocupantes. Según Gallup, más del 50% de la población activa en Estados Unidos está completamente sumergida en esta dinámica del “quiet quitting” o “renuncia silenciosa”.
La comunicación y la confianza entre managers y empleados es clave en esto. Por ello, tener reuniones regulares para comentar la trayectoria profesional del empleado puede ser una buena idea. En estas charlas, deberíamos abordar una serie de áreas, según un artículo publicado por Hubspot:
- Intereses y valores del empleado: conocer qué tipo de inquietudes tiene la persona.
- Puntos fuertes y carencias: pueden ser tanto hard skills como soft skills. Así se puede diseñar algún tipo de plan de formación acorde a la persona.
- Satisfacción laboral: entender si el empleado o empleada está a gusto en su entorno laboral y con el equipo. Además, aquí también entra en juego el tema de la conciliación y las nuevas modalidades de teletrabajo o trabajo híbrido.
- Objetivos profesionales: comprobar si el colaborador o la colaboradora tiene algún plan de carrera en mente y, de ser así, ver la viabilidad de llevarlo a acabo en la empresa.
En la mayoría de los casos, el “Quiet Quitting” es sinónimo de apoyo y confianza. Una vez que le ofrezcas lo que necesita, tendrás entre manos a un empleado comprometido.
Por qué el “Quiet Quitting” inunda las redes
La “Renuncia Silenciosa” está presente todo el tiempo en las redes sociales. Es tema de interés, de debate y, por tanto, de actualidad.
Todo comenzó cuando Hunter Kaimi, un estadounidense de 22 años, abre su cámara y empieza a grabar un vídeo en la red social Tik Tok en el que empieza a hablar del tema. Este video, a pesar de no ser el contenido más divertido como los famosos bailes de esta red, ha superado los 3,5 millones de visualizaciones.
Sin embargo, el debate no se quedó en Tik Tok. Si revisamos nuestro feed de LinkedIn, no hay día que no lo veamos pasar contenido sobre este tema. Y si entramos en Twitter, los tweets en los que se incluye este hashtag son interminables.
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