Creatividad, esa sonada palabra que en muchas ocasiones no todo el mundo cree que pueda ser desarrollada. Creo que más que nunca, la creatividad digital es lo único que puede hacer diferente a nuestra comunicación de marca. Sin creatividad no hay paraíso. Y aquí es cuando me encuentro en múltiples proyectos, empresas y personas, que hay de dos clases:
- Los que creen que son creativos
- Los que no creen que lo son
El hecho de ser creativ@ comienza por la creencia de que puedes serlo. Si definitivamente crees que no eres creativo ¿de qué forma crees que puedan surgir ideas para ser creativo?
Algo que llama mi atención severamente es que muchas veces, es confundida la agilidad mental o las ocurrencias, con la verdadera creatividad.
Los creativos en muchos casos efectivamente tienen ese “don” o esa facilidad para generar ideas, pero que sucede con todas las demás personas que están buscando realmente hacer una diferencia en sus contenidos, en sus publicaciones, en su branding personal, en el branding de sus marcas.
Ya prácticamente todo el mundo tiene acceso al diseño gráfico, y con plataformas como Canva.com o Adobe Spark, el diseño se hace cada vez más accesible.
La creatividad como estrategia
¿Es la creatividad una estrategia? Creo que sí. Y espero que la inteligencia artificial le falten aún algunos años para suplir la creatividad, de lo contrario, solo nos quedará tiempo para imaginar y tendremos una vida como los gorditos de WALL-E.
La creatividad, es nuestro sistema mental para generar ideas o combinar una serie de conocimientos para crear nuevas ideas. Y existen cientos de ejercicios para ejercitar creativamente nuestra mente.
Está comprobado científicamente que mientras más cosas aprendemos, se generan nuevas conexiones sinápticas en nuestro cerebro, con lo que vamos interconectando diferentes enlaces dentro del mismo para acceder a más recursos en él.
Ejercicios y herramientas para desarrollar la creatividad
El Banco de Ideas
Esta técnica es una de mis preferidas, para capturar ideas, consiste en llevar contigo a todos lados una libretita o tu Smartphone, y cada vez que alguna idea, estrategia, táctica, anuncio o evento, llame tu atención y sepas que te puede servir, lo anotes, ya sea en la libreta o en Evernote o cualquier app para registrar ideas.
De esta forma, le estás diciendo a tu mente dos cosas: Primero, que tu atención está puesta en generar ideas y capturarlas, y segundo, cada vez que capturas una idea, refuerzas psicológicamente el comportamiento de capturar ideas y generar más, por consiguiente, ejercitas tu observación, registro y formulación de ideas de forma consistente.
El flujo mental (Image Streaming)
Es una metodología desarrollada por Win Wenger, y en su libro “The Einstein Factor” explica como mediante la descripción sensorial y en voz alta de nuestro flujo mental, con los ojos cerrados, podemos acceder al conocimiento de nuestro subconsciente.
De esta forma, vamos siendo más conscientes cada vez de nuestros propios pensamientos, ideas e imágenes simbólicas, y creamos un circuito de feedback entre lo que estamos observando mentalmente, y lo que estamos describiendo en voz alta.
El ejercicio diario de está técnica en unos 10 minutos por día, sin duda te ayudará a estar mucho más consciente de tus propios pensamientos, es decir, estarás presente y te darás cuenta de tus propios pensamientos, en un nivel más profundo.
La Diversión como Niño
¡Esta es absolutamente genial! Y literalmente se trata de que te comportes como un niño de 5 o 7 años. ¿Has observado el comportamiento de los niños? Completamente libres, imaginativos, y sin limitaciones. Simplemente corren de acá para allá, regresan, brincan, se sientan, giran por el suelo, gritan para escuchar su propia voz…. Sabes a lo que me refiero.
Es momento de que regreses a ese juguetero olvidado, y desempolves tus muñecos, juguetes, y te diviertas con ellos. Eso si, con toda la actitud de niñ@ para que puedas realmente experimentar esa libertad de acción.
¿Y que es el paraíso si no la libertad total de nuestra mente? Sin creatividad, no hay paraíso.
Autor: Alfredo Benítez
