Un recurso muy socorrido en el ámbito publicitario y de la creatividad es la famosa “lluvia de ideas” o “brainstorming“.
Ya sea para definir un concepto, una campaña o una estrategia, este método de discusión es de los más utilizados, aunque a veces no resulta tan satisfactorio como quisiéramos.
Después de años de haber enfrentado el reto de “empezar de cero” antes de acometer la creación de un proyecto, en mi experiencia he detectado ciertos vicios que impiden que las ideas fluyan y que la creatividad se vea estimulada. Con (demasiada) frecuencia nos topamos con prejuicios (eso no se puede, no nos van a dejar, etc.), actitud negativa (no alcanza el presupuesto, no es relevante, no da tiempo, etc.) o simplemente no se sabe ni por dónde empezar.
Es evidente que todo proyecto tiene sus límites: presupuesto, operación, alcances, coberturas, aspectos legales, y un larguísimo etcétera. Sin embargo, si pretendes empezar a proponer desde un punto demasiado restringido, estarás en aprietos para poder desarrollar tus lluvia de ideas.
Deseo compartir aquí una serie de sugerencias para que tus reuniones de brainstorming sean más productivas y provechosas o, por lo menos, tengas algunos elementos cuando de plano no se te ocurra cómo comenzar.
- Sé incluyente.
Mientras más personas participen en la reunión, mejor. Y mientras sean de los ámbitos más variados, mucho mejor. Algo que olvidamos con frecuencia es que todas las personas tenemos algún grado de creatividad (por muy escondido que parezca). Nunca te imaginas de dónde podría provenir la mejor idea; además, podrás poner a prueba tus propias propuestas al someterlas a la opinión de alguien que no trabaje en tu misma actividad. Un ejecutivo, un financiero… toma en cuenta las opiniones de personas de diferentes áreas, sobre todo si estarán involucradas en el proyecto.
- Propicia un ambiente relajado, cordial y lúdico.
Permitir que la gente participe libremente es muy positivo, deja que fluyan las ideas, por más descabelladas que puedan parecer. Incluso de buenas bromas o juegos han surgido excelentes campañas y conceptos publicitarios. Reír colectivamente ayuda a relajar la tensión y ser más participativo.
- Haz un listado de verbos y conceptos a partir del brief del proyecto.
Mientras más precisa y variada sea tu lista, podrás generar más ideas. Usa sinónimos, antónimos, palabras relacionadas, y tenla muy a la mano; esto te servirá de guía rápida y como filtro final.
- Ponte en el lugar del consumidor final.
¿Te gustaría que te abordaran de esa manera? ¿El mensaje te hace sentido, te enamora, se te antoja que la marca te trate así o participar en esa actividad? Si de entrada no es una idea convincente y sencilla, será más difícil que progrese más adelante.
- Relaciona todos los conceptos con el brief.
Los listados de palabras que hayan surgido con las aportaciones de los participantes deberán tener relación con los objetivos e incluso con las palabras utilizadas por el mismo cliente. El idioma español posee una riqueza extraordinaria como para limitar su uso, explótalo y aprovéchalo.
Con estas sencillas bases, descubrirás que no es tan difícil motivar la participación de los involucrados. Debes estar atento a todo lo que se comente (bueno y malo, pero sobre todo lo positivo, todo suma al final). Lo principal es que todos puedan colaborar, que toda la gente se sienta motivada al saber que está aportando algo y que todas las opiniones son valiosas. Saber descubrir la belleza y genialidad en los pequeños detalles también es parte de ser creativo.