En el mundo hiperconectado en el que vivimos, pasar mucho tiempo al día en las redes sociales puede llegar a ser abrumador, especialmente para aquellos que pasamos la mayor parte del día inmersos en el trabajo online.
La necesidad de desconectar y encontrar un equilibrio entre la vida digital y la vida real se ha vuelto más importante que nunca, debido a los problemas de salud mental que podemos experimentar producto del constante bombardeo de información: estrés, ansiedad, insomnio, nerviosismo, entre otros.
En este sentido, adoptar hábitos minimalistas me ha ayudado muchísimo para lograr una desconexión digital efectiva y recuperar la tranquilidad perdida. Aún estoy en proceso, pero te voy a compartir algunas herramientas que me están ayudando mucho, sigue leyendo si quieres conocerlas.
El poder de los hábitos minimalistas
Los hábitos minimalistas se centran en simplificar nuestra vida, eliminando lo superfluo para enfocarnos en lo verdaderamente importante. Cuando se trata de desconexión digital, estos hábitos pueden ayudarnos a reducir el ruido digital y encontrar paz en un mundo cada vez más caótico. Aquí hay algunas prácticas minimalistas que puedes incorporar en tu día a día:
Establece límites claros
Define horarios específicos para utilizar las redes sociales y establece límites estrictos para evitar la tentación de revisar constantemente tu teléfono o computadora. Apaga las notificaciones y dedica tiempo de calidad a otras actividades fuera de la pantalla, en mi caso escribir o leer.
Prioriza las plataformas
En lugar de intentar mantenerse al día con todas las redes sociales disponibles, elige unas pocas plataformas que realmente te aporten valor y enfoque tu atención en ellas. Elimina las aplicaciones que no utilizas con frecuencia y concéntrate en aquellas que realmente te importan. En mi caso, elegí Instagram, Youtube LinkedIn y Pinterest, porque allí encuentro inspiración y sigo referentes de diferentes temas que me interesan, y me evito pasar más tiempo del planificado.
Practica el desapego digital
Elimina el exceso de contactos, suscríbete solo a las cuentas que te inspiren y deshazte del contenido que no te aporte nada positivo. Mantén tu feed limpio y ordenado, y no temas dar unfollow o desactivar las notificaciones de aquellos perfiles que solo generan distracción. En mi caso, dejé de seguir a muchísimo creadores de contenido que no sentían que me aportaban nada, dejé solo aquellos que me gustan, así como hice también limpieza en aquellos que me siguen. Yo elijo quién quiero que vea mis redes y qué tipo de contenido quiero consumir.
Cultiva la atención plena
La atención plena puede ayudarte a estar presente en el momento y a reducir la necesidad constante de revisar tu teléfono. Dedica tiempo cada día para practicar la meditación o simplemente para desconectar y disfrutar del aquí y ahora. Esto es lo que más me está costando y lo que estoy intentando trabajar, ya que suelo ser multitasking y me he dado cuenta que eso puede ser funcional a nivel laboral, pero es agotador. Prefiero hacer de a una cosa de manera enfocada, y así es mejor el resultado.
Prioriza el contacto humano
En lugar de depender exclusivamente de las interacciones en línea, busca oportunidades para conectarte cara a cara con amigos y familiares. Organiza actividades fuera de la pantalla y disfruta de la compañía de tus seres queridos en el mundo real. Yo disfruto mucho de mi tiempo a solas, pero estoy intentando salirme un poco más de mi círculo y conocer gente con otros intereses que me aporten puntos de vista nuevos a mi vida.
Aprovecha el tiempo libre
Utiliza el tiempo que antes pasabas en las redes sociales para dedicarte a actividades que realmente disfrutes, ya sea leer un libro, practicar un deporte o explorar nuevas aficiones. Descubrirás que desconectar digitalmente te brinda una sensación renovada de libertad y creatividad. Como dije más arriba, yo elijo leer y escribir, dos hábitos que con el tiempo había ido abandonando (y para ser justa, me di cuenta que a medida que crecía mi tiempo de uso del móvil, menos tiempo dedicaba a actividades por fuera). También he comenzado a entrenar al entre 4 y 5 veces a la semana, lo que me ha ayudado mucho en este proceso.
Ahora tengo ganas de retomar actividades que hacía de pequeña y me daban mucho placer, como cerámica, pintura, o aprender ilustración digital, pero voy paso a paso. Creo que parte de este nuevo estilo de vida es aprender a fluir y no saturarme, si no tendrá el efecto contrario.
En resumen, en un mundo donde la tecnología está omnipresente, aprender a desconectar digitalmente se ha convertido en una habilidad esencial para preservar nuestra salud mental y emocional. Adoptar hábitos minimalistas puede ayudarnos a simplificar nuestra vida y a encontrar un equilibrio saludable entre el mundo virtual y el mundo real.
Al reducir el ruido digital y priorizar lo que realmente importa, podemos descubrir una sensación renovada de paz y tranquilidad en nuestras vidas. Así que, ¿por qué no empezar hoy mismo?
Espero que estos consejos te sean útiles. Me encantaría conocer tu experiencia y saber si estos tips te ayudaron en algo. ¡Déjame tu comentario! ¡Hasta la próxima!