¿Alguna vez has recibido un regalo que no tiene mucho que ver contigo? O ¿has regalado cualquier cosa para salir del paso? O algo peor, ni siquiera se nos ocurre qué regalarle a alguien “cercano”? ¡Uy! ¡Alerta! En cualquiera de estos casos hay una clara señal de que no hay conocimiento profundo de la otra persona y tal vez el mensaje que mandamos, aunque inconscientemente, es que ¡no nos importa! Pues cuando nos quedamos en la superficie, el resultado no puede ser más que… superficial.
Algo muy común en áreas de mercadotecnia, “marketing”, es que de pronto escuchemos y repitamos algunos términos en inglés.
¿Estamos alardeando? ¿Es un gusto por el “spanglish”? ¿O qué nos pasa? Mmmm, particularmente me encanta mi idioma, el español, pero el hecho es que en el ambiente “marketero”, -¡si!, esta palabra viene de “market”-, suelen utilizarse varios términos en inglés u otros que han sido “traducidos” o convertidos al español para expresar conceptos relevantes de la materia. Un claro ejemplo puede ser la palabra “posicionamiento”, que se deriva de “positioning”. Otra es “diferenciación” y uno de los términos que más me gusta es “insight”. Esta palabra no ha sido realmente traducida, de manera absoluta, al español, y es que es más fácil definirla, describirla o sentirla, y por eso es que andamos por ahí diciendo: ¡Qué buen comercial, realmente refleja el “insight” del consumidor!, ¡Qué buena serie de televisión está llena de insights! ó simplemente ¡Qué buena o qué mala campaña!.
Lo que puedo decirte, más allá de la percepción de una buena producción publicitaria o televisiva, es que si un producto ó servicio te hace decir o sentir algo positivo, te emociona, logra que te identifiques, que halagues el producto o que estés contento con él, eso es porque hay un claro entendimiento de tu “insight”: una mezcla interesante entre lo que quieres, lo que sientes y lo que piensas. ¿Cómo? Significa que alguien logró entrar en tu mente, “ponerse en tus zapatos” y crear una conexión emocional, ¿No es genial? A mí me parece que ¡si! Porque… una sonrisa ¡vende! ¿Recuerdas? ¡Claro! Una sonrisa SINCERA.
Entonces el reto va más allá de crear una campaña.
Se trata de lograr el entendimiento de determinado consumidor para encontrar y entender sus “insights”: miedos, alegrías, objetivos, etc. Ya que antes de llegar a generar un acercamiento hasta publicidad, que en mi punto de vista es la cereza del pastel, es importante tener claridad a un nivel esencial, es decir que desde que nace el producto deberíamos tener este entendimiento o enfocarnos en tenerlo, de otra manera será muy complicado cubrir cualquier necesidad, conectarnos con el consumidor/usuario/cliente, o incluso con cualquier ser humano. ¿Estás de acuerdo?
Recientemente escuché una estadística que dice que apróximadamente el 76% de los “mercadólogos” dicen que saben lo que quiere su consumidor, por otro lado, sólo el 34% le pregunta al consumidor qué es lo que quiere. ¡Interesante! Si esto puede pasar en un ambiente profesional ¿qué pasará a nivel general? Seguramente hallaremos que pocas veces nos ponemos en el lugar de otros y no sabemos qué quieren o qué piensan, entonces creo que una buena práctica puede ser empezar a preguntar, escuchar y observar. ¿Qué te parece? Así que comencemos con las “cosas simples” de la vida, como en la próxima conversación que tengas con alguien o cuando hagas un obsequio. Seamos profundos(as), empáticos, intuitivos, –insightful-. No es tarea simple pero vale mucho la pena. ¡Hasta luego!