Me llama muchísimo la atención el gran descuido de los comunicadores de la política mexicana. El diseño de sus estrategias, según ellos, es incluyente hacia los chavos que van a votar por primera vez en su vida.
Y los llaman millennials y les hablan como tal. Gran error.
Los chavos que van a votar por primera vez se llaman centennials, zillennials, o generación ZETA. Y no hay nada más equivocado que hablarles igual que a los millennials. Simplemente porque traen otro chip.
Para empezar, ellos ya nacieron con la tecnología en la mano. No son migrantes tecnológicos. A diferencia de generaciones anteriores, no sólo comparten o consumen contenidos sino que son principalmente generadores de ellos.
Son empresarios en potencia. No quieren trabajar para hacer rico a alguien más. Saben que pueden emprender su propio negocio y consideran que no necesariamente se requiere de una carrera para ello.
Mientras los millennials viven mucho más en el aquí y ahora, los centennials son mucho más realistas, están conscientes del futuro y están planeando y tomando acciones sobre el planeta y la sociedad.
Buscan atención personalizada y comunicación dirigida a ellos, (OJO), preferentemente a través de imágenes, y quieren que cualquier tipo de consumo sea en sí una experiencia.
Sus antecesores los millennials buscan destacar y éstos ya se dieron cuenta que su propio éxito les resulta mucho más satisfactorio y les puede ser mucho más controlable.
Así las cosas, ninguna de las campañas se dirige a ellos. Nadie de los candidatos los tiene en su radar, ni siquiera sus asesores de campaña.
En sus manos está gran parte de la decisión el 1º de julio. No sé si a estas alturas estén las campañas todavía en posibilidad de integrarlos en su estrategia. Tristemente, ni siquiera sé si les importa.