La generación Z solo quiere que la dejen en paz. Y las marcas hacen todo menos eso.
Este grupo de adolescentes y jóvenes son aquellos nacidos entre 1995 y 2010, cuyas edades actualmente oscilan de los 13 a los 27, pero que llevan toda su vida, rodeados de publicidad.
Durante toda su infancia han estado expuestos a miles de anuncios de publicidad tanto física como de forma virtual gracias al alcance de los medios tecnológicos que ellos han tenido desde bebés.
A partir de todos los cientos de estímulos recibidos desde pequeños y de las referencias que encuentran en casa, van agrupando las marcas de acuerdo a sus preferencias y dotándolas de un valor positivo o negativo. (Los niños y su apropiación del mundo, revista AMAI, 2019)
Los más jóvenes de esta generación apenas comienzan a construir una identidad propia lejos de su núcleo familiar. Buscan referentes entre sus iguales o entre aquellos personajes que se convirtieron en influencers de manera natural. Aquellas personas donde primero vino el contenido orgánico y tiempo después llegó el contenido pagado, pero que conserva su estilo. Esos influencers prefabricados no funcionan con ellos.
Y tampoco funciona que las marcas les quieran vender todo el día.
Instagram, que solía ser una de sus redes sociales favoritas en poco tiempo dejará de ser su espacio, como lo fue TikTok. ¿La razón? Todo mundo les quiere vender algo.
Y aunque aún queda mucha gente de la generación Z ahí, TikTok se está convirtiendo en un Google, un medio de consulta más que una plataforma para compartir videos con amigos como lo fue hace 4 años. La pandemia acercó tanto la red social a otras generaciones más grandes que ellos huyeron de ahí. Las marcas y “las señoras” Invadieron sus redes sociales.
Para entender sus comportamientos y actitudes las marcas interesadas en llegar a este sector deberían realizar investigaciones de mercado más profundas donde se les segmente de acuerdo a la etapa de vida que están viviendo.
Las marcas los bombardean noche y día con productos que, la mayoría de las veces, no son relevantes para ellos.
De la forma en la que hasta ahora han inundado sus medios de comunicación e información, lejos de atraerlos los está alejando. ¿Qué marca no sueña en convertirse en una marca amada por sus consumidores?
Diversidad e inclusión, son valores muy importantes para todos los consumidores pero en mayor medida para esta generación, y si esas palabras no van de la mano con los valores de la marca la generación Z no las aceptará no importa en qué red social sigan apareciendo.