Antes que nada, debemos hacer una distinción, porque no es lo mismo colaborar que trabajar en equipo. La forma tradicional de hacer un trabajo en equipo radica en repartir las tareas a diestra y siniestra, poco se reconocen los talentos de cada integrante, se hace por “cumplir” y al final queda una especie de Frankenstein sin pies ni cabeza; mientras que en un verdadero trabajo colaborativo se reconocen las individualidades, talentos y aportaciones de los compañeros, se valora el objetivo, el progreso y el éxito en común, se percibe el apoyo mutuo y la retroalimentación, pero sobre todo se respetan, se escuchan, hacen acuerdos, aunado a que todos cumplen en tiempo y forma las laboras asignadas a fin de obtener un triunfo compartido.
Claro que suena muy bonito, idealizado y poco realista el que se consigan todos estos parámetros para trabajar colaborativamente, porque en el día a día nos come la operación y nos cuesta mucho poder delegar, acordar, confiar y soltar el control. Todos queremos ser reconocidos, premiados y mejor pagados, por lo que optamos por “hacer nuestra parte” de la mejor manera posible sin tener que acordar o depender de alguien más, aunque eso conduzca a un resultado mediocre, al que solemos justificar con comentarios como: “por mí no quedó, yo hice lo mejor que pude, pero los demás no estaban tan comprometidos”.
Hay un proverbio africano que dice: “Si quieres ir rápido, camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”, pero para conseguirlo, se requiere de un compromiso genuino, una buena comunicación, planeación y de una coordinación impecable para que las personas pongan sus talentos al servicio de los demás y del proyecto. Cada uno de los miembros del equipo debe mostrar apertura, buena actitud, respeto, disposición para discutir, considerar otras opiniones distintas a la propia, usar su voz y asumir un rol activo.
Los roles más comunes dentro de un equipo
Es muy común que se repitan ciertos roles al interior de un equipo, por ello me he dado a la tarea de clasificarlos en los 5 roles que considero son los más frecuentes al momento de trabajar en equipo. Te invito a que identifiques cuál es el rol que más ejerces dentro de tu ámbito laboral.
- Líder positivo: Conoce los talentos de todos los miembros de su equipo, delega, aprovecha y promueve las fortalezas de cada integrante, genera confianza y apoyo mutuo. Predica con el ejemplo, escucha y conjunta las visiones del equipo, se comunica asertivamente, registra avances y áreas de mejora, retroalimenta y sanciona si hay un incumplimiento.
- Líder negativo: Autoritario, manipulador, controlador, desconfiado e intolerante, no escucha las opiniones de los demás. Tiene una visión individualista, usa la amenaza para conseguir sus propósitos, es poco empático y solo visualiza la meta sin considerar el factor humano.
- Sumiso: Es un colaborador que realiza las actividades que le asignan en tiempo, pero de una forma muy básica, tan solo por cumplir. En ocasiones está en desacuerdo con las decisiones o la manera en la que se realizan los proyectos, pero no se atreve a usar su voz o mostrar sus desacuerdos y prefiere hacer lo mínimo indispensable para no tener problemas. Suelen ser personas tóxicas, porque generan rumores y sabotean los proyectos por su poca motivación y compromiso.
- Proactivo: Es un colaborador muy productivo, eficiente y efectivo, realiza las labores que le son asignadas de manera sobresaliente, usa su voz de forma asertiva cuando está en desacuerdo, se siente comprometido y motivado porque sus talentos brillan en sus actividades profesionales cotidianas. Cumple su palabra, es altamente confiable y reconoce cuando ha cometido un error, es inteligente emocionalmente y se considera parte de un equipo con el que puede apoyarse y generar un alto sentido de pertenencia.
- Indiferente: Es el clásico colaboradorque solo va por un “cheque”, hace muy poco y prefiere “nadar de muertito”, la mayoría del tiempo pasa desapercibido, es flojo, no reconoce sus errores, culpa a todos de su ineptitud y pone pretextos como: “es que no nos dijeron”, “es que eso no me tocaba”, “es que nadie me avisó”, “es que ganamos muy poco para todo lo que nos piden”, “es que es lunes”, “es que…” se limita a poner miles de excusas para no trabajar. Suelen ser poco productivos, no hablan mucho y solo participan cuando no les queda otro remedio.
Lo ideal sería conformar un equipo con un líder positivo que dirija a colaboradores proactivos, por lo que es fundamental que la empresa realice un proceso eficiente de reclutamiento y selección que garantice que sus empleados cuenten con características apropiadas de acuerdo con el rol que tendrán que ejercer dentro de la empresa.
Características de una persona que sabe trabajar de manera colaborativa
A continuación, te invito a contestar el test de trabajo colaborativo, basado en el libro Smart Talent, con el fin de que identifiques cuáles son tus fortalezas y cuáles tus áreas de oportunidad al colaborar en un proyecto. Es importante que lo contestes de manera honesta y que traces un plan para mejorar aquellos rubros que marques en las opciones de: “a veces” o “nunca”.
Características de una persona que sabe trabajar de manera colaborativa *Adaptación basada en el test del libro Smart Talent Siempre Casi siempre A veces Nunca 1. Te integras con facilidad a un grupo de trabajo, aunque no conozcas a los integrantes previamente. 2. Muestras empatía hacia los demás: eres amable, comprensivo(a), escuchas, agradeces y llegas a acuerdos. 3. Eres tolerante frente al estrés y la frustración: muestras un equilibrio emocional y mantienes el mismo ritmo de gestión. 4. Aportas ideas valiosas, reconoces y aceptas las aportaciones de los otros. 5. Trabajas por un bien común y no solo por un bien personal. 6. Tienes la capacidad de exponer tus desacuerdos cuando es necesario. 7. Eres resiliente, es decir manejas tus emociones de forma adulta y madura (sin enojos, berrinches, llanto, sarcasmo, burla, chismes, prejuicios, críticas, entre otros). 8. Reconoces cuando hay un problema y buscas una solución. 9. Eres flexible: tienes poder de negociación y adaptabilidad. 10. Eres responsable: puedes hacerte cargo de lo que te toca, sin excusas y sin culpar a nadie ni a nada cuando no cumples. 11. Eres confiable: haces valer tu palabra. 12. Eres productivo(a), haces que las cosas sucedan: vas de la palabra a la acción.
En resumen, el trabajo colaborativo es la suma de muchos talentos que enriquecen un proyecto con la idea de que “muchas cabezas piensan más que una”, porque se optimiza el tiempo invertido, se potencia la innovación al incorporar distintas perspectivas en donde todas las opiniones cuentan, mejora el clima laboral e incrementa el sentido de pertenencia.
Me despido con la frase de Magic Johnson: “No te preguntes qué pueden hacer tus compañeros por ti. Pregúntate que puedes hacer tú por ellos”
¡Hasta la próxima!
Melisa Rodríguez (23 mayo, 2024)