Estamos a poco más de un mes y unos cuantos días de acabar el 2019, cerca de Navidad. Creo que puedo decir que no soy la única que siente que el año se fue muy rápido. Tal vez otros podrían decirme lo contrario, que transcurrió normal, pero me he puesto a pensar en qué es lo que hace que el tiempo se haga más rápido y más fugaz.

Las tiendas y su influencia en el tiempo

Son muchas las ocasiones en las que hemos ido a algún supermercado o tienda departamental en marzo y ya están los promocionales para celebrar el día de las madres. A finales de julio y ya están los arreglos para el mes patrio. Justamente en esta fecha, prácticamente un día después del 15 de septiembre, las tiendas comienzan a adornar para la siguiente festividad que es el Día de Muertos. Al menos en el supermercado más cercano a mi casa, desde septiembre empezaron a vender pan de muerto.

Sucede exactamente lo mismo cuando terminan las fechas del Día de Muertos. No pasan ni 24 horas cuando ya están los adornos navideños comenzando a venderse. Algo que también me da curiosidad sobre esto es que el reacomodo en las tiendas lo hacen conforme a estas fechas fuertes.

Entras a algún supermercado y lo primero que ves son las cosas para celebrar las Fiestas Patrias como buen mexicano; los adornos para que tu casa se vea terrorífica el Día de Muertos; o bien crear un ambiente caluroso y hogareño para celebrar la Navidad con la familia. Irremediablemente caemos. Están tan bien planeadas estas estrategias que terminamos haciendo lo que las tiendas quieren que hagamos: comprar.

¿Compras impulsivas?

Nosotros mismos caemos en ese consumismo por tener lo más nuevo de la temporada actual. Nadie quiere estar pasado de moda y obviamente todo por ser nuevo, es más caro. Aunque claro, no son solo las tiendas, en ningún momento estamos exentos de tener contacto con algún medio ya sea impreso o digital que nos recuerde que las “ofertas de temporada” ya iniciaron. Los comerciales en la televisión o radio cumplen la misma función y nosotros como buenos consumidores, nos dejamos llevar por todo esto.

Hay muchas ocasiones en las que compramos cosas en el supermercado que realmente no necesitamos o que no nos van a ser de mucha utilidad. Pero que se ven curiosas, o también puede ser que debido a un descuento o alguna promoción se nos haga una buena compra en su momento; aunque después ese objeto termine guardado en alguna caja y nunca más la volvamos a ver. Estamos tan influenciados por los medios y el constante bombardeo de publicidad, que nos genera una necesidad de comprar.

Creo que toda esta necesidad que tiene el supermercado por vender hace que no nos dejen disfrutar de las fechas. No nos dan el tiempo de poder estar festejando una cuando ya comienzan a vendernos o anunciarnos la otra. Pero estamos extrañamente acostumbrados a vivir a este ritmo tan acelerado, que vemos esto de manera normal y por eso sentimos que el tiempo se pasa volando.