Una de los grandes retos de trabajar de freelance es tener buenos clientes. Esto conlleva conseguirlos y mantenerlos.
Tanto ser buen cliente como tener un buen cliente, implica algunos atributos sencillos de definir pero difíciles de reunir.
Cuando eres buen cliente, tus proveedores / outsourcing…
… son tus aliados, no tus enemigos.
… tienen inteligencia y talento, no sólo son ejecutores.
… necesitan respeto a su tiempo: evita traslados y esperas innecesarias.
… requieren de indicaciones claras: a solicitud indefinida, resultados indefinidos.
… hay que reconocer cuando uno no sabe, en lugar de ordenar sin saber.
… no se les debe pedir que desembolsen o fíen; si es necesario, dales anticipo.
… pago a tiempo es lo que un proveedor valora más. No se vale la impuntualidad.
… reconoce su excelencia y su puntualidad y dale más trabajo.
… no pidas descuento, si se te hace caro, busca otro. Deja el regateo para el tianguis.
Estas sencillas reglas no escritas te permitirán establecer relaciones de lealtad y, cuando andes corto de dinero o de tiempo, ese proveedor se la rifará por ti.
Igualmente, los proveedores debemos saber elegir a nuestros clientes, en lugar de estar todo el tiempo quejándonos de ellos.
Observa y revisa bien tu relación con los clientes…
… si te regatea, no subas tus precios; enséñale que contigo los precios son fijos.
… si te da una fecha / hora de entrega, calcula tus tiempos y decide o negocia, pero jamás entregues tarde.
… hazlo bien y a la primera. Quien siempre necesita correcciones termina por cancelarse.
… no fíes ni incurras en gastos por él; si no te da anticipo, seguramente vas a tener problemas de pago.
… si no respeta o reconoce tu buen trabajo, explica lo que hiciste (sin justificar errores) y si insiste en descalificar, es tiempo de irse.
… no vendas barato. Abaratas el mercado y abaratas tu trabajo. Todos merecemos pago justo.
… es mejor hacer negocios con quienes después serán tus amigos, que con amigos… piénsalo.
Con reglas establecidas claramente y un cumplimiento cabal, se logra fincar una relación de respeto y de constante recompra.
No apretemos ni permitamos que nos aprieten inútilmente. Y no olvidemos la triple regla: todos, absolutamente todos los clientes merecen tiempo, calidad y precio, siempre y cuando, en cada circunstancia, se aclare que una de ellas se tiene que sacrificar. #QueQuedeClaro