Sabemos perfecto que el consumidor ya no busca productos sino experiencias. En consecuencia, es obvio que entonces ya no está dispuesto a exponerse a nuestra publicidad si no les contamos una historia.
A veces terminamos rompiéndonos la cabeza en ello, cuando en realidad esas historias están esperando ante nuestros ojos a ser contadas.
Por ejemplo.
Imagínate que tu cliente es una panadería. Los temas que te vienen a la mente se asocian con el uso final del producto, es decir, recetas.
Pero va a llegar un momento en que tu audiencia ya no quiera tanta comedera y lo pierdes.
Piensa en las historias de todo lo que hay en la panadería. Empecemos por la infinidad de tipos de pan. Cada pan tiene su propia trayectoria, ¿de dónde proviene? ¿quién lo inventó? ¿por qué tiene esa forma? ¿para qué sirve? ¿quiénes lo prefieren? ¿cuántas versiones hay? ¿en qué países se consume? ¿en dónde ni siquiera lo conocen? ¿qué nombres tiene en las diferentes regiones?…
Y lo mismo con cada uno de los ingredientes de cada uno de los panes. Tipos de harina, tipos de grano, tipos de azúcar, tipos de grasa, tipos de levadura…y qué hace cada uno de ellos por el pan.
Una vez que tenemos definidas nuestras temáticas, hay dos cosas imprescindibles a considerar: lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer.
Empecemos por los ‘NO’
- Evitar chismes.
- No emitir juicios.
- No ser negativo.
- Evitar quejas.
- Inventar excusas.
- Evitar mentiras.
- Ser inflexible.
Las historias exitosas están llenas de mensajes positivos:
- Honestidad: ser claro y directo, sin rodeos.
- Autenticidad: contar realidades cotidianas y hablar con el corazón.
- Integridad: siempre observar reglas y hablar con la verdad.
- Detalles: agrega todo lo que ayude a crear entornos y sensaciones con tus palabras.
- Amor: todo lo que involucre pasión en tu historia… siempre cerrar con un mensaje positivo.
Mientras más te compenetres con cada mensaje, más interesante resultará. Investiga. Recaba datos. Recaba anécdotas. Piensa cómo lo platicaría un niño. O un poeta. Piensa. Siente.
Envuelve a tu audiencia. Sedúcela. Enamórala. Más allá de las palabras y las imágenes #ConElCorazón.