El término influencer se ha convertido en una de las palabras más famosas dentro del mundo del marketing en los últimos años. Las personas que recomiendan un producto o servicio, y ejercen una influencia para que otras personas lo compren, se han vuelto cada vez más populares.
Para la gente que vivimos en el mundo del marketing y la comunicación, hablar de influencers se nos hace ya normal. Son parte de nuestras estrategias, incluso muchas marcas y clientes sugieren su uso.
Pero para las personas que no están involucradas con la industria, hablar de influencers es hoy como se hablaba de celebridades hace un par de décadas. Hoy estos personajes tienen cierto estatus y podría ser atractivo ser parte de este selecto grupo… ¿o no?
El concepto de influencer hoy
En términos prácticos, podemos definirlo como una persona que a través de sus contenidos, principalmente en redes sociales, puede persuadir la compra de un producto o servicio.
Dependiendo del número de seguidores que tienen en redes pueden ser nano, micro, macro o cualquier otro nombre que se les asigne de acuerdo con la fuente que se consulte.
Aquí mismo, en Soy.Marketing, se ha abordado el tema ampliamente en varias ocasiones. Se ha desmitificado a la publicidad negativa que se le ha hecho a los influencers, a la vez que se han abordado buenas prácticas para una campaña exitosa.
Por otra parte, hemos aconsejado también a las marcas sobre las estrategias para escoger al influencer adecuado para tu campaña, sin importar el tamaño de tu empresa o tu presupuesto.
¿Qué tiene de atractivo ser influencer?
En las últimas semanas he tenido la oportunidad de asistir a varios foros de negocios y marketing, en ellos hubo paneles donde se invitó a influencers. Asistí a pláticas tanto inspiracionales como técnicas en este rubro.
Muchos de los influencers tienen historias de éxito similares, en el sentido que nacieron de una pasión o un gusto por algo. La diferencia está en saberlo explotar llegando a un nicho a través de un canal, convirtiéndose eventualmente en creadores de contenido.
El tema en el que invariablemente coinciden es en el de la permanencia. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse en el gusto del público. Para poder influir es necesario estar presente, ser constante, que tu audiencia te sienta parte de su vida y que te perciba transparente para que pueda creerte.
De entrada suena interesante poder causar un efecto persuasivo en la gente, para mucha gente puede ser más atractivo aún generar ingresos por eso. Tiene su encanto, sí, pero también hay que estar claros en los costos que tiene en tiempo y en mantener una marca personal activa.
¿Ser o no ser influencer?
Seguramente les ha pasado en redes sociales como Instagram, que les llegan mensajes de personas representando a marcas o agencias de talento que les ofrecen ser embajadores de algún producto o servicio.
Algo les llamó la atención que los llevó hasta ustedes, puede ser desde un contenido atractivo hasta el uso de algún hashtag. Por ejemplo, si usas #fit y la mitad o más de tus contenidos son sobre ejercicios es probable que te busque una marca de suplementos deportivos.
Muchas empresas y agencias también buscan el marketing de afiliados, es decir, te proporcionan un enlace para que lo publiques y puedas ganar alguna comisión o beneficio en caso de que se concrete la venta.
Finalmente, si disfrutas crear contenidos en redes sociales y tienes algo que te guste compartir con el mundo, ¿por qué no explotar esta pasión e incluso ganar dinero por ella?
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